miércoles, 13 de marzo de 2013

La angustia del octavo mes

¡Qué bueno es este niño! ¡Se va con todos! ¡No llora nada cuando lo coges en brazos! Seguro que hemos oído estas frases unas cuantas veces cuando un adulto coge a un recién nacido en brazos.

Y es que los seres humanos nacemos con un cerebro poderoso ¡pero no tanto! Los bebés, al principio de su existencia se "van con todos" y no sienten angustia cuando un extraño lo toma en brazos sencillamente porque todavía no han aprendido quién es de la familia y quién no.

Este razonamiento puede sonar banal y simplista, pero lo cierto es que no es hasta el octavo mes de vida, aproximadamente, cuando el niño es capaz de distinguir qué personas pertenecen a su entorno y qué personas les son desconocidas. Evidentemente, esto no es un cambio brusco en la forma de relacionarse con los demás, sino que es un proceso que va pasando por distintas fases, que gradualmente ayudarán al niño a enraizarse con los suyos.
El término de angustia del octavo mes fue acuñado por el psicólogo René Spitz, aunque también es conocido como ansiedad ante el extraño o ansiedad a la separación.

Aunque este proceso puede darse más intensamente en algunos niños que en otros, es completamente normal para el correcto desarrollo emocional y afectivo de nuestro bebé y garantizará un apego diferenciado hacia una persona (normalmente el cuidador principal del niño). Este proceso terminará sentando las bases para el establecimiento de la figura de apego, que ejercerá como base segura a la que el niño acudirá mientras aprende a explorar nuestro mundo.

No hay comentarios:

Publicar un comentario